“Evolución de la economía y las finanzas mundiales en el
2002” *
Autor
Guillermo Augusto Pérez Merayo
Derechos de Autor
Si
bien el año anterior, el 2001, tuvo un crecimiento excepcional,
la economía mundial del año 2002 tuvo una desaceleración
que afectó gran parte del mundo. Esto vino a responder
a una serie de hechos financieros, tecnológicos y monetarios
que se vieron incrementados con los atentados terroristas
ocurridos en Nueva York, EE.UU.
Situación
económica mundial
Si
bien la demanda en los mercados de los productos básicos
durante el año anterior había bajado, debido a la desaceleración
del crecimiento esta tampoco adquirió visos de crisis,
tan solo el enfriamiento de la actividad provocó una contracción
de la demanda efectiva y prevista que se extendió más allá de
lo esperado.
A
principios del 2002 se revitalizó la demanda y los precios
de algunos productos repuntaron, pero para el mes de abril
la gran inestabilidad de los precios de petróleo, debido
a las tensiones en el Oriente Medio y la situación política
de Venezuela, crearon temores de interrupción de la oferta
de este producto.
Si
bien en los países desarrollados los precios de los bienes
de tecnología de la información estuvieron estancados
a principios de 2002, lentamente estos fueron repuntando
hasta evidenciarse algunas señales de reanimación lo que
repercutió en un lento crecimiento. Sin embargo la producción
industrial, no dio muchas señales de repuntar y el volumen
del comercio mundial se mantuvo. La inversión extranjera
directa IED mundial a los países emergentes sufrió un retroceso,
estos siguieron amortizando la deuda externa frente a los
bancos internacionales. Con la crisis de Argentina este
país cesó sus pagos con efectos fueron inicialmente limitados
con políticas económicas de los países de los mercados
emergentes, y el uso de regímenes cambiarios más flexibles.
El
repunte iniciado a fines de septiembre de 2001 continuó hasta
mucho después de finalizado el año, así para el primer
trimestre de 2002 se habían retomado los niveles históricos,
gracias al éxito de varios emisores soberanos en los mercados
internacionales.
El
repunte siguiente, en abril y mayo de 2001, no fue más
que un preludio a una caída general de los precios bursátiles
en junio. En los meses previos a los actos terroristas
del 11 de septiembre, los indicadores económicos desfavorables
causaron un debilitamiento agudo de los mercados bursátiles
mundiales: los precios cayeron estrepitosamente durante
las dos semanas siguientes a los atentados, aunque para
mediados de octubre habían retomado los niveles anteriores.
Sin embargo, pese a la mejora del panorama mundial, durante
el primer trimestre de 2002 los precios bursátiles se mantuvieron
generalmente sin variación en Estados Unidos y Europa,
esto debido a las inquietudes que el sorpresivo derrumbe
de Enron y otras grandes empresas.
En ese período, los resultados bursátiles fueron mucho
mejores en los mercados emergentes que en los maduros,
y las economías emergentes asiáticas sobresalieron en virtud
de las ganancias impresionantes de las compañías tecnológicas.
Esta
situación se prolongó durante el primer trimestre de 2002,
los mercados esperaban que la economía estadounidense se
recuperase, pero en abril de 2002 al agudizarse la incertidumbre
en cuanto a las perspectivas de las ganancias empresariales,
las expectativas de los inversionistas bajaron y a la moneda
estadounidense y, el dólar perdió terreno. Sin embargo
el euro se mantuvo débil en relación con el dólar durante
el primer trimestre de 2002, pero comenzó a afianzarse
en abril; el yen japonés, por su parte, conservó una posición
sólida y frenó la avanzada del dólar. El peso mexicano
junto con las monedas de Hungría, Polonia y la República
Checa, registró avances notables. A principios de 2002,
Argentina se vio forzada a abandonar el régimen de convertibilidad,
y el peso argentino sufrió una caída fuerte.
Después
de la crisis argentina, donde la situación se tornó sumamente
difícil, las economías latinoamericanas comenzaron a salir
del estancamiento que estaban desde el 2001 y la inflación
se mantuvo baja.
En
las economías asiáticas, las caídas en las tasas de crecimiento
sufridas el año anterior se comenzaron a revertir para
el 2002 con una recuperación sostenida y baja inflación.
Esto se debió condiciones externas como la desaceleración
de la industria mundial de la tecnología de la información
y la fluctuación de los precios del petróleo; sin embargo
la reactivación se freno un poco debido a un alza de los
precios de este insumo, ocurrida a inicios del 2002.
No
obstante que China e India tienen economías que dependen
poco del comercio exterior y con un sólida
demanda interna, ambas experimentaron para el 2002 una
relativa reducción del crecimiento respecto del 2000.
En
la Europa no integrada en comparación con el que tuvieron
otras regiones el desempeño económico en general fue firme.
Si bien disminuyeron las exportaciones de estos países
a la Unión Europea la situación se balanceó parcialmente
con el aumento de la cuota de mercado. En estos países
la demanda interna, relativamente vigorosa, redujo la inflación
y las tasas de interés y concurrió, en la
mayorías de estos, la inversión externa directa
lo que estimuló estas economías. Sin embargo Turquía sufrió la
peor recesión en más de 50 años.
Las
tasas de crecimiento en los países de la Unión Europea
se mantuvieron frente a la desaceleración mundial del 2001,
situación que se vio propiciada por un crecimiento enérgico ininterrumpido;
otros elementos propiciatorios fueron la consolidación
macroeconómica y la mejor ejecución de las políticas.
En
el continente africano contrario a los otros continentes
el crecimiento se mantuvo relativamente estable en los
inicios de 2002, entre algunos factores que influyeron
estaba la evolución del mercado de productos básicos, la
dirección de las políticas económicas, y el grado de conflicto
armado y tensión civil. Importante es recalcar que las
alzas en los precios del petróleo mejoraron las economías
de los países productores, pero perjudicaron a otros
países de la región que no producen esta materia prima;
algunos de los se encuentran entre los países más pobres
del mundo. No obstante esta situación el desempeño económico
del continente fue sólido.
A
principios del 2002 como consecuencia de la debilidad de
economía mundial, la disminución de la producción y del
precio en la materia prima de exportación por
excelencia en la región del Oriente
Medio hicieron retroceder los
productos internos brutos de los países exportadores de
petróleo del área. También las condiciones de seguridad
posteriores a los atentados terroristas del 11 de septiembre
afectaron al turismo de la región, especialmente en Egipto,
Israel, Jordania y la República Árabe Siria.
Si
bien la economía de los países desarrollados tuvo un crecimiento
débil en 2001, con una desaceleración especialmente marcada
en Estados Unidos y Canadá estas dieron claras señales
de reactivación en los primeros meses de 2002. Posteriormente
tuvieron un crecimiento positivo en el último trimestre
de 2001 y una aceleración sustancial en el primer trimestre
de 2002.
En
general para principios de 2002 había indicios de que la
economía estaba tocando fondo.
Trabajo de Investigación de varios artículos extractados
del sitio del Fondo Monetario Internacional (www.imf.org)
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