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Elementos positivos y negativos de una cultura organizacional en mi biblioteca y de las Bibliotecas estas en general, por Guillermo Perez Merayo.

Más que negativo, mencionaré algunos de los problemas, que he notado en la cultura organizacional de las bibliotecas. Una de los principales problemas que he notado ha sido la solemnidad que tienen los procesos dentro de las instituciones donde se ejerce la profesión bibliotecológica. Más específicamente, el fraccionamiento en algunos casos suele ser excesivo, para una operación tan simple como es catalogar, origen de gran parte del servicio; tal como el proceso de catalogación, demasiadas personas se ocupan de meros (simples) pasos burocráticos (solemnes), tan fraccionados que las personas pierden el control de su función como una parte de un proceso total. La existencia de una cultura enclavada, reprime una visión de algo más allá de un producto final, cuando las bibliotecas más que productos lineales hoy día implican la prestación de un servicio de información global, con productos no lineales.

Un aspecto positivo de esto ha sido que progresivamente, no obstante el analfabetismo tecnológico latente en el personal de la biblioteca, cuando estos han sido introducidos al uso de herramientas de creación y manipulación de conocimiento, estos han respondido no solo positivamente si no también de manera creativa. Cuando han sido introducidos a la red y a la creación de sitios en la red, también han respondido de manera aún más creativa posesionándose de sus nuevas funciones. Finalmente fueron habilitados para agregar y desagregar valor (information chunking) y a trabajar en grupo con una respuesta absoluta de asunción de miembros de un grupo de trabajo que comparte información de manera innovadora y en forma circular.

A través de la historia no cabe duda que la bibliotecología ha pasado por varios procesos de transición conceptual de su objeto de trabajo y por ende de su naturaleza; tal como fue, pasar de ordenar el conocimiento de los viejos manuscritos, a catalogar libros impresos y luego audiovisuales. Un factor determinante en este cambio ha sido la tecnología utilizada para materializar el conocimiento humano, al cambiar el soporte que le servía de interfase a al herramienta de creación de conocimiento esto implicó tarde o temprano la transformación (transición) del mismo objeto de trabajo.

Hoy día, sorprendentemente miembros de la profesión, aunque cada vez menos, persisten en descalificar la universalidad de los documentos electrónicos y por ende de la red como el potencial hábitat de los futuros repositorios (bibliotecas digitales) que integrarán un conocimiento compartido de magnitud universal. La mayoría de las críticas que se dirigen sobre los documentos electrónico son de falta de autoridad y de legitimidad de su autoría, en cierta forma esto se debe a su particular carácter de intangibilidad y a la confusión que producen los derechos de autor, que no ocurre con los libros. Importante es que muchas veces este rechazo se origina en el analfabetismo tecnológico de los profesionales de la bibliotecología, subcultura arraigada principalmente en bibliotecas con relaciones muy básicas con las TIC's.

Otro problema es que los usuarios, cada vez más alfabetizados en las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC's), al poder relacionarse ellos directamente con la información a través de la Internet comienzan a desintermediar las funciones de las bibliotecas y de los bibliotecólogos. Hoy día para acceder a la información se tienen dos opciones, desplazarse (problema de espacio) a la tradicional biblioteca donde (posiblemente) se pueden obtener libros sobre la materia, y que hay que procesar (problema de tiempo); o bien como hace una gran cantidad de usuarios que se conforman con información “concisa y pertinente” que proveen en tiempo real (24x7) los motores de búsqueda y directorios de la Internet. La gran diferencia entre una información y otra es lo “reutilizable” que es una de ellas y lo fácil que es agregarle nuevo valor, esta es la que esta en formato digital.

Ante esta situación, hoy día es factible reintermediar las bibliotecas en el ámbito digital vía un sitio, para progresivamente convertirlas, no solo en puntos de acceso a la red si no para conectar y vincular información existente en ese nuevo espacio de manera proactiva y acorde con los intereses de los usuarios. Son nuevas formas, que además de automatizar los procesos de la biblioteca, permiten convertir a las bibliotecas en gestoras de información virtual con estructuras que habilitan nuevas forma trabajo en grupo e interfases para compartir información.

Otro problema son lo limitado de los puntos de venta o de prestación de servicios que tienen las bibliotecas, “referencia o préstamo”, toda la organización se circunscribe a esas dos áreas que se convierten en focos, en cierta forma, de un clientelismo informacional. Esta situación afecta la calidad de los servicios ya que estos se prestan con más o menor calidad (exaustividad), dependiendo de la importancia de la persona (asesor o diputado) que lo solicita. No solo se afecta la calidad, si no también las relaciones internas de la institución ya que se crean “celos profesionales” de parte de los funcionarios, lo que induce a una respuesta o desempeño individualista del personal, aún dentro de su misma unidad. Este clientelismo se refuerza entre los usuarios quienes solo tienen confianza, y buscan a un bibliotecólogo determinado, su “confidente informacional” quien les satisface sus necesidades de información.

En un mundo donde el acceso y la posesión de la obra no necesariamente significan una misma cosa, pero sí implica compras de servicios digitales de acceso a bases de datos,  periódicos, revistas, y otros repositorios de conocimiento; esto implica por ende tener conocimientos de negociación y tecnología. Este es uno de los problemas latentes que tienen los bibliotecólogos ya que los programas de estudios no enseñan a negociar, para logra mejores accesos a información y diversidad, a un precio más barato para la institución y poder dilucidar, si las tecnologías que ofrecen verdaderamente satisfacen las necesidades que tienen los usuarios de la institución.

Esto implica que el encargado de la colección ya no solo debe conocer de libros, revistas, casetes, CD's, documentos y, cuestiones de negociación pero además deberá ser diestro respecto a bases de datos, sistemas abiertos, HTML, libros digitales y toda una nueva vertiente de soportes inimaginables hace diez años. Las escuelas de bibliotecología comienzan a ver cada vez más estos aspectos con miras a preparar profesionales cada vez más capacitados.

Como elementos positivos de una cultura organizacional de las bibliotecas esta el que, cada vez son más los bibliotecólogos que comienzan a hablar de una necesidad de cambio hacia las TIC's, la alfabetización informática progresivamente se arraiga más en las bibliotecas nacionales y en los bibliotecólogos. El proceso ha sido lento, quizás por falta de financiamiento y de mística de los mandos superiores y medios que no entienden la necesidad del cambio, sin embargo este proceso avanza. Las oportunidades de capacitación de los profesionales en el ejercicio de la profesión son cada vez más amplias y diversas no solo en el país, también en el área de istmo y de la región de habla hispana.

Los bibliotecólogos con la capacitación comienzan a diferenciase y a introducir nuevas formas no solo de agregar valor, si no también de creación de nuevos productos, servicios y de incremento de la satisfacción de los usuarios. Con el uso de nuevas herramientas de creación y manipulación de conocimiento e información, las bibliotecas comienzan a reintermediarse en el nuevo mundo digital vía nuevos interfases. En algunos casos estas se convierten nuevamente en intermediarios digitales operacionales cuya única función, como antes, era relacionar al usuario con la información, pero esta vez es con información y conocimiento y usuarios virtuales.

Algo positivo que se logra con la traslación de las bibliotecas a la Internet y las Intranets es que los puntos de prestación de servicios se aumentan geométricamente en tanto los funcionarios de la institución estén conectados a la red, no solo estos operan más eficientemente sino que los costos operativos de la institución se rebajan substancialmente.

Surgen posibilidades hasta de prestación de servicios ya no masivos sino de uno a uno, con una gran satisfacción en los usuarios. El clientelismo informacional que antes se daba en el ámbito personal se institucionaliza para toda la organización, esto se logra por medio de los nuevos interfases que se disponen en la Internet y la variedad de canales de tiene la Internet. De un trabajo individual en donde los celos profesionales constituían la base de la interacción, con el grupo trabajando en red se pasa a un trabajo en armonía y en el cual la colaboración constituye la esencia y la regla para la supervivencia. 

El concepto de acceso de la viejas bibliotecas el cual era limitado por el soporte físico y el conocimiento que estas podían consolidar, progresivamente estas se transforma para pasar de una institución que daba servicio de acceso a productos en soporte físico, a instituciones que se convierten en canales de acceso de magnitud universal.

En el fondo se puede decir que estamos en proceso de transformación de nuestro actuar, nos hemos flexibilizado, estamos mejorando la calidad de los viejos productos de la biblioteca agregándoles mayor valor, constantemente estamos creando nuevos productos con el fin de lograr continuamente una mayor calidad de productos servicios y una mayor satisfacción de los usuarios. 

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Director del Centro -- Lic. Guillermo Augusto Pérez Merayo, Universidad Complutense, Madrid, P.O.Box, 4328- 1000, San José, Costa Rica, Curriculum.

 

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